Atalayar.com habla sobre la gran armada pesquera de China: una amenaza para Iberoamérica.
extracto de Atalayar.com
El pasado año 2020, la prensa ecuatoriana, preocupada por la presencia de una inusual cantidad de barcos de pesca chinos en las proximidades de sus costas, informaba que el conjunto de la flota de alta mar (DWF) china superaba las 3.000 embarcaciones. Evaluaciones recientes han estimado que la flota pesquera de altura china oscila entre 1.600 y 3.400 embarcaciones, aunque ni si quiera está claro si el Gobierno chino tiene una visión exacta de su tamaño.
La Administración china reconoce que sus embarcaciones pesqueras de aguas distantes alcanzan los 3.000 barcos. Frente al crecimiento de la capacidad china, las flotas DWF de la Unión Europea, Corea del Sur, Estados Unidos y Taiwán han reducido notablemente su tamaño durante la última década. Atendiendo a la información oficial china, la suma de los barcos de pesca de Taiwán, Japón, Corea del Sur y España serían solo un tercio del total de su flota.
Tan solo la flota de aguas distantes china capturó dos millones de toneladas, que representa el 40% del total mundial de este tipo de pesca. China pesca mucho, pero pesca mucho más que nadie, y pesca en proporción mucho más en aguas distantes. Especialmente, lo hace en regiones poco desarrolladas, donde no existen controles suficientes, y en Iberoamérica, donde se sitúa en los límites de las aguas de explotación económica exclusiva para, en no pocas ocasiones, violar estos límites.
Desde 1980, las aguas territoriales chinas están sobreexplotadas. La reacción de Beijing ha sido implementar moratorias para reducir la pesca dentro de sus aguas, promover el desarrollo de la acuicultura y alentar el desarrollo de su flota de aguas distantes.
La presión sobre las tierras cultivables chinas, sus tradicionales caladeros y el volumen de su población favorecen una inclinación a la sobreexplotación de recursos pesqueros en aguas distantes, especialmente en alta mar. Los recursos biológicos marinos se consideran la mayor reserva de proteínas del mundo, por lo tanto, poseer y dominar el océano significa garantizar la soberanía alimentaria china.
Desde las aguas de Indonesia, Vietnam, Filipinas y Corea del Norte hasta las de México, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Argentina, en Iberoamérica, pasando por las del golfo de Guinea, Angola, Senegal, Mozambique y Somalia, en África, los pesqueros chinos se han convertido en los nuevos dueños de los caladeros. La reducción de capturas en los tradicionales caladeros chinos ha intensificado la importancia geopolítica de su flota pesquera de altura.
Los países iberoamericanos deben proteger y defender sus recursos de una sobreexplotación, en muchos casos ilegal. Sin duda, la agresión de grandes buques factoría contra los intereses y la soberanía de Perú, Ecuador, Chile y Argentina es un problema con una dimensión nacional. La preservación del medio ambiente marino es un objetivo de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
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